miércoles, 4 de junio de 2008

El Vallero es un pequeño bar de Jerez, es un bar diferente a todos los demás que hay en el pueblo. El Vallero no tiene letrero que lo identifique, pero tampoco le hace falta, tiene unas puertas que desde fuera parecen espejos, en los cuales la gente se mira, y desde las cuales no ves el interior, pero desde dentro si se ve a la gente pasar. Nada más abrir la puerta, a mano derecha tienes la barra, que ocupa algo más de la mitad del bar, a continuación nos encontramos un futbolín, y a mano izquierda dos mesitas con sus respectivos bancos. Es un bar bastante sencillo y pequeño. Es un bar en el cual la música que se escucha nada tiene que ver con la música que se escucha en otros bares. La Fuga, Los Delinquentes, Extremoduro, Marea, Albertucho... es la discografía preferida en este bar, por no hablar que en ocasiones esta música se mezcla con canciones de copla, que se escuchan desde un pequeño televisor.

El Vallero vivió epocas de explendor, en el que pasar de la puerta era una aventura, en el que los quintos se vevian en la puerta, porque dentro ya no cabía un alfiler. La gente bebía macetas de sangría y litronas, no tantos cubatas. Cierto es, que en esa época Jerez por la noche era una pasada. No había un bar, o discoteca vacia, las calles llenas de gente joven y no tan joven con ganas de fiesta. Era la época en la que yo empezaba a salir a las discotecas y empezaba a descubrir el mundo de la noche, pero eso es otra historia.

Ahora El Vallero es un bar tranquilo, en el cual es raro el dia que hay más de 20 personas.
Pero El Vallero tiene una peculiaridad, y es , que para mi y para mi gente es nuestro bar, y así lo sentimos. Sin El Vallero no sabriamos donde quedar, estariamos perdidos por los diferentes bares de Jerez, nos costaría reunirnos a todos. No nos beberiamos los quintos o las shandys, nada más llegar, en el que cada fin de semana te invita uno de tus amigos, aunque luego le tengas que invitar tu a otra. Pero si algo hechariamos de menos, es el futbolín, y eso que no es a mí al que más le gusta jugar. Cada partida en el futbolín es un pique con tus amigos, los comentarios, las celebraciones, los canticos, es algo abitual cuando estamos jugando, y es algo que llena de alegría al bar, es esa alegría de unos amigos que se reunen cada semana, y que tras partida y partida hablan de como les ha ido la semana. Cuando uno llega al Vallero le cambia la cara, por que allí tiene a sus amigos, disfrutando jugando al futbolín o tomándose algo tranquilamente. Al salir ya estamos preparados para continuar la noche y con las pilas cargadas.

Así es nuestro Bar, gracias Valllero.

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